En el tiempo prehispánico se veneraban al dios-patrón del venado Tzib, pero su fiesta fue suprimida con la evangelización católica. Los españoles trajeron a las Américas el ganado y la costumbre de torear. Para los indios no fue tan problemático cambiar su Tzib y seguir festejando con el dios-patrón del ganado Juan Thul. En las fiestas patronales de cada pueblo se lidian los toros como un compromiso al santo, pero tampoco se olvidan que está presente Juan Thul. En las poblaciones yucatecas todavía son los jóvenes quienes actúan como toreros.