Para la fiesta anual del santo patrón en los pueblos de Yucatán, se construye un coso taurino –llamado "tablado" en los pueblos- para la indispensable "corrida de toros". La construcción, a veces con dos o tres pisos, se levanta sin un solo clavo, con soga de henequén o bejuco. Después de la fiesta se desbarata.