No solamente el campesino y su familia comen de los sembrados de la milpa. Los campesinos recibieron en tiempo mítico sus semillas de Dios por intervención de los animales del monte. Por eso los animales han ganado su derecho a comer de lo que siembra el campesino. Pero tampoco pueden exagerar y, si lo hacen, el campesino tiene derecho (con la autorización del Dueño del Monte) a regañar a sus animales, y si aún así los animales no lo entienden, el campesino puede enviar al gavilán a espantar y hasta matar a los infractores. En esta foto vemos los restos que quedaron para el campesino, después de haber comido los animales.